Frases refutables

A partir de hoy voy a escribir de vez en cuando y de cuando en vez, algunas frases que puede ser las haya oído en la calle, al vecino, las haya leído, las haya dicho yo, etc.
El punto de esto será decir el por qué no estoy de acuerdo con la frase que haya oído, pensado, etc.
La frase de hoy la escuché un viernes:

“Ir a la playa y no tomar cerveza es como no ir a la playa”

No tengo nada en contra de los que les gusta beber, emborracharse supremamente o los que toman porque los demás toman, etc. En realidad no me incomoda. Pero vamos a fijarnos en la frase.
A mi particularmente no me gusta la cerveza (¿Qué hay de malo en eso?) y por eso obviamente la tomo muy poco. Por esto, de acuerdo al punto de vista de esta persona, debo asumir que todas las veces que he ido a la playa realmente no he ido. Eso reduciría mis visitas y días playeros si acaso a uno o dos.
Me pregunto ¿el agua de mar está hecha de cerveza? Porque una cosa que uno traga bastante (sin querer) es el agua de mar, que sabe horrible. Pero vamos a buscarle la vuelta a esta frase (a buscarle las cinco patas al gato) que no fue dicha en ningún momento con mala intención:
- Los niños pequeños que yo he visto en la playa (con salvavidas más grandes que ellos) no pueden tomar cerveza (claro que los padres, representantes o responsables pueden darles si les da la gana). Conclusión: eran niños imaginarios, porque nunca los vi bebiendo alcohol.
- Los adultos que he visto en la playa que solo beben refresco y comen papas Ruffles, también eran imaginarios.
- Yo también soy imaginaria. Tal vez por eso es que los podía ver.

Ahora que descubrí que no he ido a la playa las veces que yo creía, empiezo a dudar de cómo es una playa ¿para qué sirve? ¿Será que solo se va a beber hasta tener cirrosis, y luego todos se desmayan en la arena y vomitan en el agua? O ¿simplemente se va a disfrutar del sol, de la arena y del mar, sin importar si tomo una botella de agua o 10 cajas de cerveza?
¿Cuál será la respuesta?

Para la playa, en vez de cerveza, me pueden servir una piña colada, que me gusta más, pero no por eso todos aquellos que están tomando cerveza, no van a estar realmente “allí”.
En fin, (de acuerdo a esta persona) los que no tomamos cerveza en la playa somos pocos, somos raros y de paso jamás hemos estado en donde creíamos. Todo era un holograma: el agua fría, las piedras que se clavaron en nuestros pies, el calor de la arena, el viento, etc. Pero a pesar de todo, era un tremendo holograma.
SE ACABÓ.

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